Episodio 70 de ¿Qué porras estoy haciendo? el podcast de comunicación estratégica para marcas y negocios.
Escúchalo aquí:
Y si eres más de leer, aquí te dejo la transcripción del episodio.
Intro
Ilusión. Acojone. Miedo y muchas dudas. Ganas máximas. Con todo eso y mucho más se presentan mis clientas en la primera sesión. Y no porque yo sea un coco o algo parecido, pero cuando te comprometes a trabajar en tu comunicación. Cuando apuestas por ella como herramienta escogida para hacer crecer tu negocio y por ende ponerte a trabajar en tus sueños, porque sí, así es, las emociones se agolpan en el centro del estómago y el miedo, las dudas, la ilusión y las ganas comparten espacio.
Hoy te hablo de las 3 cosas que mis clientes me han enseñado.
El episodio 70 de ¿Qué porras estoy haciendo?
Hola!
Te doy la bienvenida una semana más a un nuevo episodio del podcasts ¿Qué porras estoy haciendo? El podcast de comunicación estratégica para marcas que creen en el poder de comunicarse, de que trabajar en su imagen de marca y no es solo muestra de amor a ellas mismas y sino que es el camino para lograr sus sueños.
Antes de comenzar el episodio de hoy, anunciarte que el próximo 16 de septiembre voy a estar impartiendo un taller sobre Pinterest en directo a la comunidad de visibilidad en Femenino. Es un taller súper práctico para marcas que quieren iniciarse en Pinterest estratégico. O sea, que quieren usar Pinterest para ganar tráfico. Pinterest es un buscador y los usuarios, entre los que me incluyo, usamos la herramienta para encontrar ideas e inspiración cuando queremos iniciar un proyecto o comprar algo. Así que este taller está enfocado en enseñarte lo que tienes que hacer para que te encuentren a ti, a tus productos o servicios cuando tu cliente ideal usa Pinterest par a buscar inspiración y soluciones.
Y ahora, ya el episodio.
Comienzo con mucha ilusión y ganas la nueva temporada del podcast, con un episodio en el que te hablo de los 3 aprendizajes que he sacado estos últimos años de mis clientes. Esto de tener un negocio cumple con el topicazo de vivir en una montaña rusa. Constantemente arriba y abajo.
De la incertidumbre del no saber lo que vas a facturar a final de mes, por muchas previsiones y planificación que hagas, a los bajones que te da cualquier mínimo comentario mal entendido de Instagram, el cansancio por las tareas que se acumulan al subidón de cada nueva venta, la satisfacción de los logros y las ventas de tus clientes y por su puesto de ser tu propia jefa.
Lo de ser mi propia jefa es un topicazo mayor aún que el de la montaña rusa, pero taaaaan cierto. Esta tarde me he encontrado con el observatorio de Extraordinaria con un dato flipante. El 94% de las encuestadas piensa ser emprendedora para el resto de su vida. Flipante.
Obvio que me encuentro en ese 94%, pero lo curioso, es que para mí, esto no fue siempre así.
Yo nunca imaginé que iba a ser mi propia jefa y que montaría un negocio y que además funcionaría, y que tengo muuuchos planes para hacerlo crecer (este otoño se plantea interesante). No entraba en mis planes.
Y mucho menso porque siempre he sido una trabajadora por cuenta ajena insuperable. La que hacía las tareas pesadas sin rechistar. No me importaba picar datos, hacer de centralita o actualizar bases de datos de periodistas (ojo al trabajo súper ingrato de agencia de comunicación jaja).
Incluso cuando trabajé en otra agencia como gestora de cuentas siempre me sentí entre lo que quería mi jefe (el de la agencia) y mis clientes-jefes. O sea, que todo el mundo estuviera contento. Y yo en medio trabajando a diestro y siniestro.
Así que cuando me hice autónoma y más tarde monté esto de Salto en Digital y empecé a tener diferentes clientes, seguí con esa dinámica. Mis clientes eran mis jefes. Que uno tose, ya estoy yo con el agua. Que estornuda, un pañuelo. Y así.
Este ha sido mi primer aprendizaje de mis clientes. No solo a poner límites de horarios, tareas o trabajo que realizo, sino a nivel más profundo, de respeto hacia mi y mi trabajo. Y por ende hacia mis clientes. Porque yo no quiero maternar a mis clientes. Yo quiero empoderarles. Que sepan comunicar su mensaje, crear imagen de marca y hacerlo estratégicamente para que tengan negocios rentables y sostenibles y la vida que desean.
Por eso se necesita una relación de respeto, de admiración, de confianza, apoyo y de co-responsabilidad.
Mi segundo aprendizaje es que la comunicación estratégica tiene mucho de estrategia, pero también de confianza. Una confianza ciega muchas veces. De las de “a pesar de”. A pesar de las dudas, a pesar del miedo, a pesar de lo que piense tu vecina, a pesar de la vergüenza, a pesar de no estar peinada de peluquería.
Confiar en que comunicar nos trae cosas buenas. De ahí salió todo lo de #laestrategiadelamor.
¿Y qué es esto de #Laestrategiadelamor? Pues es comunicar (estar enamorado de tu producto y de cómo lo cuentas), es planificar (y le haces espacio para convertirlo en realidad), es accionar para lograr ese negocio rentable (pensar en acciones que vas a implementar y que te acerquen a tus objetivos), un negocio rentable que factura cada mes y se sostiene en el tiempo.
Y comunicar desde el amor a ti, a lo que haces y a lo que ofreces es maravilloso. Es liberador. Es darte poder.
Y el tercer aprendizaje es que no hay sueños pequeños ni proyectos imposibles. Y eso viene que de que yo ya no me supongo nada en lo que se refiere a mis clientes. No voy con ninguna idea preconcebida. Sino que me abro al inmenso potencial de mis clientas. El tipo de negocio, sector, nicho, el país… todo, todo, todo, puede hacerte suponer algo que no es cierto o que te hace trabajar con una persona de una manera determinada. Y yo he aprendido que eso, les resta poder a mis clientas.
Muchas veces tenemos una idea de cliente ideal: que tenga un negocio ya establecido, que lleve un tiempo, que sepa manejar Instagram, que haya hecho un webinar, tenga un producto validado, que esté dispuesta a invertir… Nada. No. Mi cliente ideal es el que quiere trabajar en su comunicación y quiere que yo le ayude. Que está comprometida. Que está deseosa. Mis clientes me han enseñado que no hay objetivos pequeños. El éxito no se mide en números y que sus sueños son suyos. Y eso me ha enseñado que mi éxito no lo mido en números (ni de Instagram ni de las ventas que tienen mis clientes), que mis objetivos no son pequeños y que mis sueños son míos.
Por eso creo que todas las marcas pueden trabajar su comunicación y conseguir resultados. No me he encontrado todavía ninguna a la que trabajar en su comunicación no le haya traído algo bueno. No haya conseguido crecer a varios niveles: en su negocio, a nivel personal, en visibilidad…
Despido este episodio corto y al grano que espero que lo hayas disfrutado y que te haya dado material para pensar no sólo en los aprendizajes que has sacado tú de tus clientes, sino en tu relación con tu comunicación y cómo quieres que sea de ahora en adelante.
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Y ya sí que sí, nos escuchamos la semana que viene.
Tu calendario estratégico de contenidos en redes sociales
Que el qué publico hoy y qué publico mañana no sea lo que te está frenando en Instagram.
Di adiós al qué publico hoy: planifica y disfruta de tu comunicación
Si el ¿qué publico hoy? se te repite más que el salmorejo de tu suegra, sea invierno o verano, este calendario estratégico para publicar en redes sociales es lo que estabas esperando.
Desde ya va a ser el momento en que planifiques con cabeza, enfocada en lo que quieres. Sin estrés. Y disfrutando de tu comunicación.
Llegar a la persona correcta es el primer paso, ofrecerles lo que necesitan es imprescindible y en el momento idóneo, fundamental.
Calendario estratégico para redes sociales con “los días de” y las tendencias para Instagram y Pinterest.
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