¡WOW! ¿Has visto el nuevo anuncio de la lotería de navidad? ¡WOW! ¿Has escuchado la última canción de U2? ¡WOW! ¿Has visto la campaña de Michael Kors de la plaza de Callao? ¡WOW! ¿Has visto el vestido de Sofía Vergara de los Emmys? Da igual de lo que se trate, todo el mundo quiere provocar ese factor (o efecto) WOW en los otros. Y más si eres emprendedor y tienes un proyecto online.
Pero, ¿cómo podemos conseguir ese efecto WOW? ¿Cómo podemos lograr que los que nos vean (clientes o competencia) hagan WOW?
No es fácil, pero tampoco imposible.
¿Qué es el efecto WOW?
Es la reacción que buscamos generar los marketeros/las empresas/los emprendedores en nuestra audiencia/clientes/empleados/competencia con las acciones que realizamos. Buscamos conseguir esa admiración, esa reacción positiva, esa sorpresa que sea un indicador del buen trabajo que estamos haciendo.
El único punto negativo es hasta qué punto estamos dispuestos a lograr ese efecto WOW y a si todo vale para conseguirlo. ¿Vale usar una mentira para lograr que tus posibles clientes te compren? ¿Vale construir una HISTORIA sobre falsedades para generar emociones en tu audiencia? ¿Vale no respetar a colectivos para llegar a un determinado grupo de personas?
Se dice que en el amor y en la guerra (y en la publicidad, pongamos el caso) todo vale, y que no hay publicidad mala, aunque sea porque nos llueven palos por todos lados…
No estoy de acuerdo. Creo que en internet es muy difícil construir una buena reputación y que es facilísimo destruirla. Un comentario poco acertado en redes sociales, una foto vulgar o fuera de lugar… puede destruir el trabajo que tanto nos ha costado crear y acabar con la confianza que alguna vez hayamos podido generar en nuestro cliente objetivo.
Pero dejando a un lado este debate (puedes continuarlo en comentarios, si tienes ganas, eso sí, siempre desde el respeto), veamos dónde deberías concentrar tus esfuerzos en crear ese efecto WOW en nuestro proyecto online.
Dónde aplicar el efecto WOW a tu proyecto
A tu web e imagen de marca
No se trata de que al entrar en tu web se oiga música ni que caiga confetti por la pantalla. Se trata de que muestres una imagen de marca que sea estéticamente coherente, que te veas reflejado en esa identidad visual que muestras, que los colores sean armoniosos, que la web sea agradable de ver…
Y que además sea una web amigable, que respete al usuario, que no tarde en cargar. Una web que no tenga veinte pop-ups molestos, que sea fácil de entender y navegar y que si es tienda online no nos suponga un mareo el proceso de compra.
Tu web es el reflejo de tu marca, de tu proyecto, y causará buena o mala impresión en quien entra, tanto por el diseño como por su funcionamiento.
Al trato con tus clientes
Educación, respeto, entrega y servicio pero con unos límites (que una cosa no quita la otra). Seguro que si te has metido en esto de emprender es porque un día tuviste una idea brillante y que has apostado por ella. Tanto si es ayudar a otros emprendedores, como si es vender tus productos de artesanía o servicios, lo que buscas es conectar con esa persona (que un día definiste como cliente ideal).
Así que no te olvides de que cuando alguien te escribe un correo y te cuenta sus problemas (que los hay) o sus necesidades (que también) espera una respuesta correcta, educada, amigable. Sobre todo si está teniendo un problema con algún producto o servicio que te haya comprado.
Si tienes la suerte de tener tanto flujo de trabajo o recibes tantos emails/comentarios en redes sociales, te invito a que busques alguna solución (por ejemplo las automatizaciones o bots de respuesta) para contestar a esas personas, hasta que tú puedas hacerlo personalmente.
No hay peor publicidad que un cliente enfadado.
Pero ¡ojo! eso no quiere decir que tengas que decir que sí a todo. Pon unos límites razonables, que también hay gente con mucha cara dura. Y si recibes críticas (aunque sepas que son infundadas) contesta educadamente también.
A nuestro mensaje
Necesitas una buena historia detrás de tu proyecto para conectar con tu público objetivo. A tu cliente le enamoras con tu mensaje, le convences con tus palabras, le atraes con lo que ofreces.
Pero necesitas trabajar lo que vas a contar y cómo lo vas a hacer. Si te gusta leer tanto como a mi, sabrás que las primeras páginas de un libro tienen ese poder de ¡WOW! (o no) que hacen que sigas página tras página o que lo abandones a la primera oportunidad.
No se trata de que mientas y te inventes una historia (al final te pueden acabar pillando y es muy estresante estar todo el día mentira arriba, mentira abajo). Se trata de que construyas una historia basándote en la idea que un día tuviste, en tus valores, en lo que ofreces, en tu diferenciación.
Esa historia que te hace único.
Si trabajas por crear un efecto WOW en estos 3 pilares de tu negocio, tu proyecto brillará con luz propia, con tu propia luz.
Y esto es todo. Si te ha gustado lo que has leído, no te olvides de compartir este post en tus redes sociales.
¡Nos seguimos leyendo!
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