¿Qué porras estoy haciendo? cumple su primer año de vida. El podcast de Salto en Digital sobre comunicación online estratégica, sobre historias, redes sociales, Instagram, Pinterest. Sobre cómo comunicar para vender más. En este episodio te cuento las 10 cosas por las que quiero recordar este 2020.
Puedes escuchar el episodio aniversario aquí:
Transcripción del episodio 40 de ¿Qué porras estoy haciendo?
Intro
¿Qué porras estoy haciendo? Pero, ¿qué porras hago? ¿Qué porras sigo haciendo? Cuántas veces te lo has preguntado y te lo sigues preguntando. Cuántas veces me lo voy a preguntar.
Y que no pare nunca. Porque aquí sigo. El podcast ¿Qué porras estoy haciendo? cumple un año. Episodio aniversario. Mis 10 motivos por los que quiero recordar este 2020 y por las que aunque muchas veces no sepa qué porras estoy haciendo, aquí sigo.
El episodio
¡Hola! Te doy una calurosísima bienvenida a ¡¡¡este episodio aniversario!!! Porque hace un año me senté aquí mismo. Delante de este ordenador. Con este mismo micro. Yo sola en la casa. Fue un pronto. Un aquí me pillo aquí me grabo. Un, no lo voy a dejar para 2020.
¿Qué más dan 10 días más o menos? ¿No habías dicho que en 2019 querías dar forma a tu podcast?
Y sí, después de haberlo estado pensando 11 meses y esperando el momento ideal, no me lo pensé. Y sí, me lancé al vacío de las ondas.
Solo fue una pequeña bienvenida. Menos de 5 minutos para ese primer episodio.
Y aquí estoy, 40 episodios después, un año después.
Not bad.
Así que vamos con los mejores momentos de este año de podcasting, de este 2020. Lo que me llevo de estos 12 increíbles, sorprendentes, intensos meses. Venga lo que sea, como diría mi amiga Sandra.
Disclaimer: me siento un tanto osada al querer hacer un episodio de lo mejor de 2020 sabiendo lo que ha sido este año para muchas personas. No quiero que se me malinterprete, porque de verdad he sentido dolor por lo que está pasando. Y he tenido momentos reguleras. Pero también ha sido un gran año para mí, con lo bueno y lo malo, pues ha sido el año en el que he trabajado de manera profunda áreas de mi negocio y de mi vida personal. Siento además que esto no habría pasado, si este 2020 no me hubiera hecho pararme allá por marzo, echar el freno y dejar de ir con inercia. Analizar lo que estaba haciendo y el camino que quería seguir. Me siento muy agradecida y afortunada por este camino que he andado.
Ok, pues dicho esto, para no hacer demasiado largo el cuento, lo mejor de 2020 y de este podcast.
- Apostar fuertemente por mi comunicación y visibilidad este año. En 2019 estuve a punto de tirar la toalla y chapar. Me sentía muy desesperada. No era capaz de encontrar un equilibrio entre el trabajo y la vida personal. Estaba agobiada y bastante desquiciada. Trabajaba mucho y obtenía resultados que creía que no eran suficientes. Veía trampas por todos lados. Era todo el rato, ¿quién me pone la pierna encima? Un hijo que se pone malo, ya está el mundo conspirando para que yo no levante cabeza, para que no pueda trabajar, hacer esto, cumplir este plazo. Dejé de priorizar el comunicar a Salto en Digital, en parte por la falta de ilusión, en parte por sentirme que no aportaba nada nuevo, especial. 2020 ha sido el año en el que sí, he vuelto a hacer malabares con el horario. Trabajando a trocitos ciertos meses, algunos findes, a última hora… (algo que no me gusta mucho). Pero la gran diferencia es que no me he sentido víctima. Lo he hecho desde el amor por lo que hago. Porque ayudar a otras marcas a que comuniquen con amor, a que no vean esto de estar en Instagram o hacerse visibles como un horror en plan tragedia griega es lo que me mueve. Porque me encanta ayudarles a poner orden en sus objetivos y en su comunicación. A que se sientan más cómodas contando y hablando de lo que hacen y a que lo disfruten.
- Y aquí viene el número 2. El amor por lo que hago y por mis clientes. Me siento súper afortunada de poder acompañar a marcas y emprendedoras en este viaje de comunicar. Hace unos días estuve presente en el primer webinar de venta que dio una clienta y lo clavó. Con sus nervios, y todo. Se sentó ante el ordenador, con sus dudas y miedos y lo hizo. También el ver los primeros reels de clientas que se sienten peleadas con la tecnología y que me cuentan los clientes que van consiguiendo al poner en orden su mensaje y explicando con sentido lo que ofrecen. Cada mensaje directo, cada whatsapp, cada testimonio es un sí gigante a que esto de comunicar desde el amor y a que priorizar la comunicación funciona. A una comunicación con las reglas justas, donde hay cabida a la inspiración, a los prontos, a lo que nos sale del corazón.
- Abrazar la incertidumbre y hacerlo con miedo. Una de las cosas que le pedía a mi negocio era tener unos ingresos fijos. Dejar de sentir angustia por lo que voy a facturar el siguiente mes. Lo que hubiera dado por tener la certeza de que iba a tener 3 nuevos clientes al mes. Que si lo pudiera mirar en mi bola de cristal y saberlo, viviría mucho más tranquila. Porque haría las cosas sin miedo. Porque sabría que lo que hago funciona. Y este 2020 me ha demostrado que haciéndolo, con miedo y con incertidumbre, también funciona. Que la incertidumbre es lo único seguro que hay. Y que la clave está en sentir abundancia y amor por lo que hago. En el último libro que he leído el autor habla de que las personas pobres venden su trabajo en términos de horas. Así es lo que cobran, por el tiempo que invierten en realizar un trabajo. Los ricos, valoran su trabajo por el cambio que producen, por los resultados que se obtienen con su ayuda. Me ha gustado mucho y lo quería compartir. Este ha sido el año en el que estoy siendo mucho más consciente del valor que aporto. De lo que vale lo que hago. Y de que tengo la capacidad de generar dinero. Una frase de Brooke Castillo que me has oído más veces: Creamos dinero cuando creamos valor para las personas. Cuando esas personas valoran lo que has creado, porque cambia sus vidas o hace sus vidas mejores y más fáciles, pagarán de buena gana por ello. Y esto es un precioso intercambio. Esto además, me ha resultado muy útil. A la hora de poner precio a mi trabajo. Y de sentirme segura y confiada cuando doy precios. Y de abrazar la incertidumbre. Porque eso quiere decir que confío en mi capacidad de generar ingresos para mi negocio. Confío en mi comunicación, en mi forma de vender y en el valor de lo que hago. Y este año he subido precios, con miedo, y no ha pasado nada, porque he seguido vendiendo.
- Este año, he puesto en orden mis finanzas personales y profesionales. He dejado de ver el dinero como un tabú. Le he dado un buen repaso a los ingresos, a los gastos. A los servicios que ofrezco, los productos que tengo. A la cuenta del supermercado. Es el año en el que me he puesto un presupuesto familiar con objetivos de ahorro y de inversión. Es el año en el que estoy implementando un método para ayudarme a conseguir mis objetivos de facturación y lograr la vida que quiero. El dinero es solo una herramienta para poder vivir.
- Es el año en el que el amor ha dado paso al disfrute. En el que amar lo que hago, y por lo tanto priorizar mi comunicación ha logrado que comience a disfrutar otra vez creando contenidos, grabando este podcast y publicando en Instagram. Es el año que me lo he pasado genial ideando algunos reels. Jamás de los jamases pensé que yo iba a hacer de eso.
- Es el año en el que he hecho cosas que me incomodan profundamente pero que sé que me benefician como marca. Es el año en el que me he ofrecido como experta. Que he pedido entrevistas y he dado masterclasses en comunidades increíbles. No he hecho todo lo que he querido, pero paso a paso y sin juzgarme por no haberlo hecho más, haberlo hecho mejor. Porque no hay más ni mejor. Solo hay.
- El año en el que me he sentado conmigo misma y me he escuchado. Tanto lo que me digo cada día. Lo bueno, lo malo, lo regular. En el que conscientemente trato de no juzgarme y en el que me permito sentir mis emociones. Es el año en el que esa escucha me ha devuelto sueños. Me ha devuelto lo que tenía guardado dentro. En el que me estoy permitiendo soñar a lo grande. En el que veo mis objetivos posibles. En el que sé que puedo llegar. En el que siento que lo voy a lograr. En el que también, no me importa tanto el llegar como el ir paso a paso.
- El año en el que me lo estoy cuestionando todo. Sobre todo lo que creo. Lo que he pensado que toda la vida tenía que ser así. El año en el que veo las cosas no como buenas y malas, sobre lo que tenían que haber sido, sino como que son. Oportunidad de aprender, de crecer, de vivir, de quererme.
- El año en el que me he dedicado tiempo. Sin culpas. Porque lo de ser madre y sacar un rato para mi me generaba conflicto. He cuidado mi piel, lo que como, mi cuerpo. Lo que leo, lo que escucho, lo que veo.
- El año en el que me he dejado acompañar por la creatividad. La he llamado y abrazado. El año en el que trabajando desde el amor, ha llegado la creatividad y el disfrute. El año en el que sentarme a pensar, escribir y grabar cada episodio del podcast me ha hecho sentirme mucho más libre.
En definitiva, este 2020 es el año en el que me he querido de todas las maneras que he podido.
Y sí, todo lo que te cuento tiene que ver mucho con mi negocio y mi comunicación. Porque los contenidos que he credo y publicado han bebido de todo lo que he caminado, bebido, sentido. De cada palabra que he dicho en alto y en bajo, de las emociones que no he luchado y he sentido.
Gracias por haberme escuchado. Porque sigo sin saber con certeza, ¿qué porras estoy haciendo? Pero no puedo dejar de hacerlo.
Nos seguimos escuchando el próximo año.
Y venga lo que sea.
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