Las redes sociales evolucionan y cambian: surgen nuevos formatos y normas que marcan cómo publicamos en ellas. Pero lo que no cambia es el QUÉ publicar.
Si me dieran un euro por cada emprendedor que me pregunta cómo se gana al algoritmo de Instagram y cuáles son los trucos para aumentar la visibilidad en cualquier red social, tendría más dinero en el banco que Amancio Ortega. Obviamente esto es una exageración, pero es que es la pregunta del millón. Quiero que se me vea más, ser más visible, tener más engagement.
Porque nuestra lógica nos lleva a pensar que cuanto más visibles seamos más acabaremos vendiendo. Simplemente porque aumentan nuestras posibilidades, ¿no? Pero en esto del marketing y el vender y comprar, no nos guiamos por la lógica, sino por emociones.
Aunque tratemos de disfrazar de necesidades las cosas que nos queramos comprar (te estoy mirando a ti, pantalón amarillo mostaza), en realidad, hay muy pocas cosas que necesitemos de verdad. Y aun cuando necesitemos cosas (pasta de dientes) siempre entra a jugar a la hora de elegir una pasta de dientes u otra, el marketing y las emociones que nos despierta. ¿Eres más de una boca sana o de una boca blanca y que deslumbre?
Pero si no se trata de ser más visibles, ¿de qué se trata?
Ah, claro, ahora viene la segunda pregunta del millón. Se trata del engagement. Porque es mejor tener 500 fans pero que participen 450 de ellos que tener 10.000 y que nos contesten poco más de 60…
En teoría esto es cierto. Yo lo digo siempre que puedo. Que nos olvidemos de números que lo que hacen es alimentarnos el ego y busquemos crear comunidad. Busquemos una comunidad comprometida con nuestra marca que se deje cortar una mano por ella, si hace falta. Obviamente, esto es otra exageración, pero al final, lo que buscamos es que estén tan comprometidos con lo que ofrecemos, les guste tanto que la duda no sea si comprarnos o no, sino cuándo.
¿Y qué nos hace tener más engagement?
¿Cómo conseguimos crear una comunidad fiel y participativa?
Esta es la tercera pregunta del millón, una que si la sabemos resolver, tendremos una comunidad fiel, seremos más visibles y lograremos vender más.
Pues la repuesta es bien simple: nuestro contenido. Lo que contamos y cómo lo contamos.
Baby, storytelling, baby.
Voy a ponerte un ejemplo. ¿Conoces a Lucía Be? ¿O a Susana Torralbo? Son dos de mis ejemplos favoritos. Cada una en lo suyo, hace cosas. Lucía vende camisetas, agendas, coronas de flores, joyas, bolsos, sombreros… Bueno, ella dibuja y escribe también. Y Susana es publicista. Ayuda a otros con marketing creativo. Hace una fotos y vídeos super chulos. Pero como puedes leer en la web de Susuana cuando habla de su Instagram: “a veces, lo de menos son las fotos”.
Porque lo que importa de verdad son las historias. Lo que cuentas y cómo lo cuentas.
Si las sigues en redes sociales, sobre todo en Instagram, sus fotos son muy bonitas, pero por lo que te vas a quedar es por lo que cuentan. Cómo son capaces de contar algo, tan bien, de hacerte querer formar parte de ello… esto es lo que se consigue con un buen storytelling.
Lo importante de las redes sociales
Usamos las redes sociales como altavoz de nuestro mensaje, para dar a conocer nuestras marcas. Y muchas veces bailamos al son que nos marcan. Que si hay que publicar vídeos en formato vertical, que si fotos así, da igual. Los que se preocupan por todas estas cosas de las redes sociales están dejando de lado su historia, su mensaje.
Porque da igual lo que haya que hacer en redes sociales ahora, o las redes sociales que estés usando.
Métete esto en la cabeza, es posible que cambien dentro de unos años. O dentro de unos meses. Habrán sacado un nuevo formato, una nueva norma o lo que sea. No solo es posible, es que van a cambiar.
Pero lo que no va a cambiar, es tu historia. Quién eres, lo que haces, cómo ayudas a otros… esto es tu core (como en Pilates). Es tu base.
Mi storytelling
Este verano se me ha echado encima como una manta zamorana y sin avisar. La primavera ha sido más bien contundente en cuanto a trabajo se refiere y ya estamos en julio y mis grandes planes para este verano están todavía ahí, en mi libreta de ideas.
Este verano no voy a echar el cierre. Pero tampoco voy a trabajar al mismo ritmo. Porque además quiero convertirme en mi propio cliente. Ya es hora de ordenar todas mis ideas, mis objetivos, mis próximos lanzamientos y darles forma. Quiero dejar de trabajar con la sensación de ir con la lengua fuera siempre. Así que mis grandes planes para estos próximos meses (además de comer helados a cascoporro y remojarme en la piscina siempre que pueda) son darle una vuelta a mi storytelling y crear un plan para contarlo y de ahí, mi segundo objetivo: mi calendario de contenidos para redes sociales para lo que queda de año.
Calendario Chill out y Storytelling Aftersun
Si tú también quieres darle chicha a tus redes sociales este verano, te ofrezco dos de mis servicios estrella, en versión veraniega (o summer edition que queda más pro) para que septiembre nos pille con los libros nuevos listos y todo.
Calendario Chillo Out
Un calendario que refleje mis objetivos y lanzamientos de lo que queda de año. Que me haga ahorrar tiempo y acabe con el “¿qué coj… publico hoy?
Storytelling Aftersun
Unos contenidos maravillosos, coherentes entre sí y mis objetivos y que me permitan seguir construyendo mi imagen de marca en redes sociales.
♣El plan con lo que tengo que hacer y encima por red social
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¡Nos seguimos leyendo!
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La foto es de Branden Harvey en Unsplash.