¿Cuántas veces has pensado que no sabes lo suficiente? Que no eres lo suficientemente experta o experto en lo que vendes. En todo lo que te falta por aprender, en que hay otros profesionales que saben más que tú.
Y que claro, así, cómo vas a ayudar a tu potencial cliente, cómo va a obtener resultados si te compra y le ayudas.
Con este temazo iniciamos la temporada 6 del podcast de comunicación estratégica, ¿Qué porras estoy haciendo?
Puedes escucharlo aquí:
Y si eres más de leer, aquí te dejo la transcripción del episodio.
La regla del 10% para superar el síndrome del impostor
¿Hola! Te doy la bienvenida al episodio 159 del podcast de comunicación estratégica, ¿qué porras estoy haciendo? Esta que te habla es María Salto y podría decirte que vengo descansada del verano, pero como entre las vacaciones y la vuelta al cole me ha tocado conciliar, este año, otra vez, siento que necesito unas vacaciones de las vacaciones.
La energía de septiembre: o te pones a tope para lograr tus objetivos antes de que acabe el año, o te esperas a 2025
Pero septiembre ya está aquí, lo que quiere decir que el último cuatrimestre del año ha comenzado. Y es el momento en el que toca ponerse las pilas.
Yo ya he mirado los gimnasios de mi barrio y las clases de inglés.
Bueno, no, clases de inglés no, este año las he cambiado por unas de crochet y además en digital. O sea, que me he comprado un curso.
Y es que esto tiene que ver un poco con los tiempos que nos han tocado vivir, lo del digital y tal, que ya no hace falta acudir a la academia para aprender o perfeccionar un hobby. Ni las clases serán de 6 a 7 los lunes y miércoles. Sino que puedo hacerlo desde la comodidad de mi sofá cuando yo disponga.
Y es que ya nos parece de lo más normal aprender comprando un curso, o con vídeos de YouTube, esa energía tan de nuevo comienzo que es tan característica de septiembre, es viejuna. De toda la vida, vamos.
Levanta la taza si tú también te has comprado una agenda, o te has apuntado a crochet como yo.
Y levántala también si has vuelto de las vacaciones pensando en exprimir al máximo este último cuatrimestre en tu negocio.
En darle caña a todos esos proyectos que se quedaron a medias en junio o julio. O los que hicieron acto de presencia en los objetivos de 2024 pero que todavía no has comenzado.
Oye, ironías aparte, septiembre es un gran mes. Y no solo porque empieza el cole o ya no hace un calor tremendo. Al menos donde yo vivo.
Porque sí, yo también me he puesto a tope con mis propios proyectos de negocio. Los que se quedaron a medias en julio, ya tu sabeh.
Y bueno, por eso quería hablarte de la regla del 10%.
La regla del 10%
Porque muchas veces, vamos, parece que es casi obligatorio, lo de tener un objetivo que nos gustaría conseguir, pero que o comenzamos y no lo terminamos, o que nunca lo empezamos. Sobre todo si se trata de un nuevo servicio, un nuevo grupal, un nuevo curso online.
En nuestra cabeza aparece la dichosa vocecita de “a dónde vas tú, alma de cántaro con…” inserta aquí ese proyecto que tienes atravesado.
“Si no eres mega experta en…” inserta aquí la habilidad que crees que te falta.
Esa habilidad que a pesar de los cursos o títulos que tengas o de la experiencia que hayas acumulado en los últimos años siempre te parece escasa.
Pues la regla del 10% lo que viene a decir, es que solo necesitas saber un 10% más de ese tema por el que te contrata tu cliente, para que ya se produzca un cambio en su vida o negocio.
Por ejemplo, cuando tú le cuentas a una amiga emprendedora un pequeño truco de Chat GPT que ella no sabe, y le ahorras 30 minutos, ¿cómo de agradecida crees que se va a sentir? Por no decir, que va a pensar que eres la más lista de todas sus amigas emprendedoras y una crack en inteligencia artificial.
Y eso que solo le has enseñado un truco que aprendiste por casualidad, o que viste en un vídeo corto en YouTube, o que te enseñó otra amiga emprendedora que ella sí que es lista…
Y es que lo de sentir que no sabes lo suficiente, que todavía te falta mucho por aprender, o que necesitas X extra más para poder llamarte experto en algo, es muy normal. Todo el mundo tiene o ha experimentado el famoso síndrome del impostor en algún momento en su vida.
Personas que para el resto sí son expertos, sí están capacitados, sí tienen algo que enseñar o su experiencia es valiosa… para los demás pero no para ellos.
Pues esta regla del 10% es una de mis máximas de vida. Cuando no tengo confianza, o dudo de cómo haré algo, siempre pienso que solo necesito ese 10% extra. Por ejemplo, cuando alguna empresa grande me contrata para que le asesore en Pinterest y me entran las dudas de qué le voy a enseñar yo de marketing me acuerdo de la regla del 10%. Solo necesito saber un 10% más de Pinterest que ellos para que consigan resultados.
Así que piensa ahora en ese proyecto que tienes atragantado, y con sinceridad, piensa si lo tienes atragantado porque crees que te falta algo. Porque realmente, solo necesitas un 10% más que tu cliente para que logre resultados.
Cómo lo apliqué en mi propio negocio
Eso fue lo que pensé yo cuando vendí mi primera asesoría para montar un podcast. Nunca me he considerado experta en podcasting, pero mi podcast ya llevaba en marcha 2 años. Así que cuando me lo propusieron, mi primera reacción fue decir que no, que muchas otras personas sabían más que yo. Y no quería vender una promesa que no podía cumplir, pero a la vez, no había creado mi podcast sin tener ni idea? No había aprendido sobre hosting, visibilidad, estructura de los contenidos con la experiencia y episodio a episodio?
Yo sé que no soy experta en podcasting, que hay profesionales más cualificados, pero sí una seguidora o clienta me pide que le ayude a crear su podcast, como yo he hecho el mío, sí que puedo hacerlo. Solo el 10% amiguis.
Eso sí, no me oiréis a partir de ahora decir que soy experta en podcasting, XD.
El síndrome del impostor y el síndrome de Dunning-Kruger
Y antes de acabar, te cuento sobre el síndrome de Dunning-Kruger, porque si existe un síndrome del impostor, tenía que existir lo contrario, ¿no? El síndrome de dunning-kruger es la relación entre estupidez y vanidad. Mide la falta de conocimientos (estudios, experiencia) con la sobreestimación de la propia habilidad. O sea, personas ignorantes en un tema, pero que han leído algo sobre ese tema y ya se consideran expertos.
Darwin dijo que la ignorancia engendra más confianza que el conocimiento. Y cuánta razón tenía.
La semana que viene vuelvo con una entrevista, la dejé grabada antes de las vacaciones, una conversación mega interesante con Marta Emerson. Así que si no quieres perdértela, suscríbete al podcast y a la newsletter donde te enviaré cada semana, un email con el nuevo episodio.
¡Nos escuchamos la semana que viene!